Banana
Cuando llegué a Milagros Caninos, había una caja cerrada en la puerta, con una carta dirigida a nosotros. Dentro había una cachorrita. En esa carta, decían que no la podían atender.
Estaba muy desnutrida, llena de pulgas y con una infección muy grande en los ojos.
Fue vacunada, desparasitada y reaccionó muy bien a su tratamiento. Ahora es una perrita feliz. En realidad, ella solo sufrió el abandono de su dueño, pero llegó al paraíso.